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1 oct 2010

Era tan importante como el aire que necesito para vivir, como la dependencia que tienen el día y la noche; el sol, y la luna. Uno de ellos se va, y otro viene. Forman un uno, en donde si uno de ambos faltara, la atmosfera sería extraña, rara, insoportable. Todos nos acostumbramos a la presencia del sol, y nos acostumbramos a que cuando éste se va, la luna, directa o indirectamente, viene, para ocupar su lugar, para seguir con el destino, la rutina; para que todo siga en perfecta armonía.