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24 jun 2011

Extraño a mi hermana. Cada noche, aproximadamente a las 10, solía llamarme por teléfono, y cuando le preguntaba por qué, me decía que su cuerpo le decía que quería oír mi voz. Extraño a mi hermana. El olor de su shampoo, la forma en que siempre me convencía de leerle otro libro.
Cuando amas a alguien como yo la amé, ellos forman parte de tí. Es como si estuvieran atados por esa cadena invisible, y no importa lo lejos que estés, siempre puedes sentirlos. Y ahora cada vez que busco en aquella cadena, sé que no hay nadie en el otro lado, y siento que me estoy cayendo en la nada. Luego, recuerdo a Jean, recuerdo una vida en que no dejó enemigos, sin resentimientos, sin arrepentimientos, y me inspira a levantarme de mi cama y salir adelante. Extraño tanto a mi hermana. Se siente como si un pedazo de mí haya sido arrancado.
Justo una vez más, quiero abrazarla. Diez segundos más, ¿ES DEMASIADO PEDIR? ¿POR DIEZ SEGUNDOS MÁS PODER ABRAZARLA? Pero no puedo. Y no lo voy a hacer, y la única cosa que me mantiene lejos de ser absorbida por la tristeza, es que Jean me mataría si lo hiciera. Entonces, por ahora,

voy a extrañarla.